martes, 30 de agosto de 2011




And I love her so much. Encontrar un buen consejo es como encontrarse un billete de quinientos euros en la calle: el sueño dorado de muchos, el consuelo de algunos, el falso anhelo de pocos y la suerte (la increíble y milagrosa suerte) de muy, muy pocos. Porque muchas veces, al querer responder ante una duda, simplemente decimos lo que nos han enseñado, lo que está bien o mal, o mejor aún, lo que nosotros mismos haríamos en esa situación.

Es una pena que el mundo no esté hecho a nuestra medida...

Pero ella los tiene, los buenos consejos. No son largos discursos ni elaborados razonamientos. Simplemente una palabra, dos frases, momentos breves, de lucidez mía, en los que comprendo el mundo a través de otros ojos, en los que la realidad cambia y se muestra ante mí de una manera que yo no habría soñado.

Palabras que tejen puentes, que deshacen nudos.

Y yo la alabo, le digo lo mucho que me ayuda, y ella me manda callar a gritos, avergonzada, quién sabe.

Esta chica es muy rara.

Pero da buenos consejos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quién conociera a esa chica!
Qué difícil es encontrar quien dé buenos consejos, pero más aún a quien desee escucharlos.
Iris.