You feel thin, as the lead of your life
Dress on, the feeling, correspond
With the side of the road that we're on.
Dress on, the feeling, correspond
With the side of the road that we're on.
Marzo se termina. ¿Ha sido un mes rápido o corto? Empezó cuando you fui a ver God is an astronaut, esa noche perdí el móvil. No suelo perder cosas, pero últimamente me ocurre más a menudo de lo que me gustaría. Y ese móvil me gustaba mucho, era un regalo, y la verdad, un cacharro bastante más evolucionado de los que me puedo permitir: pantalla táctil, teclado del tipo ordenador, cámara de fotos... etc. Pero desapareció, alguien me lo debió de quitar del bolsillo. Alguien con dedos de terciopelo, porque mis vaqueros eran estrechos y tendría que haberlo notado, pero en fin. Quien quiera que sea disfrutó cuanto pudo de mis tres euros de saldo.
Así que he vuelto a mi móvil-ladrillo. Qué le vamos a hacer, la tecnología no me tira. Con los billetes y monedas prefiero construír puentes hacia lugares lejanos...
Pero estábamos hablando de marzo. Marzo, marzo, marzo. Entonces empecé a conocer a este señor. No me caía bien al principio, un viejo, ya lo dije, en la sala de espera hay ejecutivos brillantes de trajes recién planchados y zapatos lustrosos, y todos pasan a la habitación de la chica de los tacones y la sonrisa carmín pero yo tengo al viejo, que me mira como quien ha visto ya demasiados soles.
Y sus ojos brillan cuando hablo, busca en su memoria imágenes similares, recuerdos análogos para sanarme.
Pero poco a poco me va cayendo mejor. Desde que me cogió del hombro y dijo "lo siento" sé que es tonto, pero a veces nuestro corazón no ansía otra cosa que una caricia, una palabra amable, y cuando la recibe estalla en una oleada de amor y agradeciemiento que, aunque no dure, si contrubuye a evitar el calentamiento global.
¿Y qué más? Los días tienen más horas, pero eso significa más aburrimiento. Las tardes son largas y puedo pasarlas conversando si quiero con gente que hacía años que no veía. El sexo es fugaz, últimamente, pero se agradece; si no siempre puedo rememorar su olor mientras sonrío y pienso en las calles de Barcelona, y lo mucho que deseaba que estuviese a mi lado para ver lo que yo estaba viendo, para susurrarle al oído mientras le cubro los ojos (podemos ver la Catedral otro día).
Y la libreta de preguntas está casi completa, ahora debería sentarme a escribir las respuestas pero nunca hay tiempo. Quiero decir, hay tiempo para el dolor, la tristeza y la rabia, pero sentarse a responder con el corazón en calma (desangrándose lentamente) es difícil hasta para mí. Todo el mundo dice que tengo las cosas muy claras, y es verdad que en ese sentido sé discernir el sueño de la realidad siempre en mi beneficio, pero ahora que se termina el mes solo tengo una petición que hacer a los dioses, que seguro que me esuchan, y es esta:
Dos horas en calma, fuera del tiempo y el espacio, para pensar y subir un escalón más.
Uno solo.