jueves, 8 de marzo de 2012
Hoy es un buen día para escribir una entrada como esta.
Hoy es un buen día para recordar que, tras las pesadas cortinas de color crema con bordados de flores exóticas, el sol brilla. Que la Primavera está a la vuelta de la esquina, con toda su rabia y su poder de reproducción, esperando ansiosa poder concebir en el espíritu del artista nuevas ideas, para que él las alumbre al mundo entre sangre, espasmos e imaginación...
Hoy es un buen día para creer que el sol brilla, sí, y que existe todo un mundo detrás de esas cortinas, que se abre y repliega en una constante de cambio inevitable, como una alucinación o un hechizo: nada vuelve a ser igual; los caminos, aunque parezcan idénticos, siempre son diferentes. Y eso es lo interesante, porque siempre logran sorprenderte.
Hoy es un buen día para darte cuenta de que realmente no es el mundo, si no tú misma. Que estás, no diré enferma, pero de alguna manera eres incapaz de sintonizar realmente con lo que te rodea. Decodificas mensajes de forma errónea por un fallo interno, y esos nuevos significados te revuelven y te dejan confusa, incrédula, angustiada. Pero nunca es tarde (y menos en primavera). Una vez que la herida se ha localizado, o la excepción en el programa, simplemente se puede reescribir el código con paciencia y calma, o usar hilo y aguja para coser ese agujero antes de que se haga demasiado grande.
Hoy es un buen día para comprender que los que lloran están solos, como siempre digo, pero el que ríe, siente como toda la existencia celebra y se alegra con él.
Así que, por una vez en mi vida, voy a ser optimista.
Hoy es el día.
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1 comentario:
Yo celebro y lloro contigo. Y celebro tu optimismo!
Préstame un poco para la práctica que estoy haciendo xD...
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