Dicen que es mucho más sencillo soltar que permanecer agarrada por siempre a este cadáver. Dicen... Pero parece que es posible acostumbrarse hasta al olor de la podredumbre, a la sustancia que poco a poco se deshace entre los brazos mientras se agarran con excesiva fuerza esos trozos de piel muerta.
Puede que acostumbrarse al sufrimiento sea demasiado fácil, como dejarse caer rodando por una pendiente.
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