jueves, 22 de septiembre de 2011




Me fui unos minutos a reprografía, de todas formas quería tener los poemas de Blake. Cuando regresé, solo había vacío, un vacío que me gritaba: ya no eres parte de este grupo nunca más, entonces, ¿por qué deberías preocuparnos?

Y no negaré que duele, todas las balas que me atrapan consiguen siempre hacerme sangrar. Pensé, I've fucked up again, ya no estoy dentro.

De nuevo la soledad.

Los pasillos en silencio.

Sentada en el tren mientras leo. Adoro leer. O quizá incluso retome la escritura.

El dolor de la humillación, del rechazo, aún late, como una herida en carne en viva. Pero está mejor que ayer.

Y no dejo de maravillarme en como la vida siempre te sorprende: crees que está todo construido, y de improviso una violenta ola hace desmoronarse a tu castillo de arena, y tan solo después del desastroso incidente adviertes que estaba demasiado cerca del agua... Una puerta se cierra, otra se abre. El viaje no termina, es demasiado pronto. Y estoy agradecida de recorrer nuevos caminos. Sí.




Blessings are not just for the ones who kneel, luckily.

1 comentario:

Lucy Diamond dijo...

Sabes? Como dices tu siempre: a continuar! La vida sigue y sigue, y traerá sorpresas agradables y no tan agradables (^^"), ¡y hay que estar preparado para ello!
Sí, la soledad duele. Puedo dar fe de ello como pocas personas.
"¡Pero si no llegas ni a los dieciséis!"
No lo discuto, pero he vivido cosas realmente muy tristes.

Pero positividad al 120% y energía al 130% y sonrisas al infinito y más allá..!
A mi me encanta leer. Es lo mejor que hay. Lo mejor. Libros, libros y papel y tinta :D
Oh, y leer en los trenes lo considero una delicia.
Tienes muy buen gusto, Shikaru.
Y me alegro de haber caído por aquí, sea cuando fuere.

Muchos besos!!