domingo, 1 de abril de 2012




He estado revisando mis notas. El pasado uno de abril me salté las clases, lo recuerdo perfectamente, y me fui al campo a andar, cuaderno en mano. Hacía aún un poco de frío, porque tenía que llevar la chaqueta puesta. Y no había nadie. Era viernes por la mañana... El día anterior yo había visto Winter's Bone , una película que me había gustado bastante pero por otro lado me había dejado un regusto amargo. La verdad, estaba yo melancólica esa día. Y me puse a escribir (aún recuerdo el sonido de los pájaros cantando) hablando de que me encontraba atrapada en mi vida. De que la universidad me gustaba, pero no sabía a dónde me dirigía exactamente, de que las personas que me rodeaban no me acababan de llenar. Acababa de salir de una relación difícil por aquel entonces, una relación que aún tardaría meses en ver morir por completo, y me recuerdo enfadada, casi indignada al respecto... Cómo han cambiado las cosas ahora, cómo y de qué manera.

Ahora mi camino parece más claro, y me alegro al ver que no me equivoqué, pese a lo que parecía al principio. De ese año a este, he aprendido algo muy importante, y se puede resumir en una frase que, ahora que lo pienso, es perfecta para este caso, aunque no sea mía, sino del creador de una de las sagas fantásticas más famosas de la historia:

No es oro todo lo que reluce,
Ni toda la gente errante anda perdida.
A las raíces oscuras 
No llega la escarcha.

1 comentario:

Lucy Diamond dijo...

... el viejo vigoroso no se marchita.
De las cenizas subirá un fuego,
y una luz asomará en las sombras;
el descoronado será de nuevo rey,
forjarán otra vez la espada rota.

Pues eso lo dice todo..