miércoles, 23 de febrero de 2011
Y dale, ¿por qué demonios tengo que caer bien a la novia de mi mejor amiga? Joder, ni que tuviera que casarme con ella... que yo elijo a mis amigos, no a sus parejas.
Queridos, respeto vuestras decisiones, pero no me las endiñéis, ¿vale?
Además, yo no he nacido para hacerle la vida más fácil a la novia de mi amiga, a ver si se les mete en la cabeza.
(Y la cara que puso cuando me fue a dar dos besos y yo le planté la mano... jijijijijijijijijiji, no tuvo precio. Es que no me gusta dar dos besos. Yo la mano, y punto. Los besos cuando esté de humor. Pero ella no lo sabía. Y le supo de mal... qué cara puso, qué cara....)
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2 comentarios:
Y que yo tenga que permitir que cierta admin diga que no me dejo querer, ¡ja! mírala ahora. Yo me lo hubiera tomado como un reto personal, fijate tú, que no todos los días me encuentro cara a cara con una acción tan poco usual.
De todas formas, qué quieres que te diga, a mí me cae genial la pareja de mi mejor amiga. Muy, muy, muy bien. Es fantástica.
Y ahora es cuando me río de mi pequeño chiste privado... el cual estoy segura que no puedes entender pero igualmente creo que captará tu curiosidad, pequeña Seeker. Que estoy muy al tanto de tu afición de desentrañar nombres ajenos y dar en el clavo. A este paso voy a tener que levantar murallas por aquí y por allá si quiero preservar según qué misterio.
Juju. Nos vemos.
Lo de las novias/os de los mejores amigos/as es una tómbola.
¿Desentrañar? ¿Yo...? Pero si soy muy cortiiiiita. Je.
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