martes, 12 de abril de 2011



Hoy he llenado y llenado páginas de mi diario. Hacía siglos que no hacía algo así. Pero es agradable poder gritar en letras todo lo que llevas dentro y jamás contarías. Todo lo que ni siquiera tú misma quieres escuchar. Depositarlo ahí, en el papel, y dejar que las páginas llenas de polvo de años se encarguen de devorarlo, de desmitificarlo. Una purificación laboriosa pero sanadora.

Nunca releo lo que escribo. Tengo la impresión que, de hacerlo, esos diarios acabarían lamidos por un fuego cruel, que yo misma me habría encargado de alimentar. Pero a la vez los guardo. Más que a nada, tengo miedo al olvido. Y al menos entre esas páginas quedan recogidas todas esas personas que fueron yo en algún tiempo. Espero, con la paciencia del que planta un árbol, que algún día pueda leer todos esos pensamientos y sucesos con una tranquila sonrisa de comprensión. Sin culpar ni avergonzarme de lo que un día fui, de las tonterías que llegué a creer y a hacer.

Espero. Esta es, al menos, una espera agradable y pacífica. Una promesa fiel al tiempo.

2 comentarios:

Mew dijo...

Muy de tarde en tarde escribo yo en las hojas sueltas de una carpeta que hacen las veces de diario. Siempre releo mis pensamientos... ya que estoy no puedo evitar echarles una ojeada. Confieso que hace relativamente poco volví a empuñar el bolígrafo. Azul, por supuesto. Y entre la maraña de letras creo recordar que algunas llegaron a formar tu nombre.

Annell dijo...

Yo tampoco puedo evitar releer mis diarios. A veces cuando tengo un mal día en particular, abro el diario por ese mismo día del año anterior y leo qué hice o qué pasó. Claro, hay días en los que no escribía. Pero a mí me calma ver que un año atrás me iba mucho peor o mucho mejor. No sé, me ayuda a creer que el tiempo siempre hace que sigamos adelante.

Llámame loca xD

Te quiero :3