viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Sabes cielo?

Detesto las historias románticas.

No, más bien, detesto el concepto que tiene la gente del romanticismo como algo empalagoso, ideal, tan perfecto que aburre más que una tarde de domingo con lluvia y el internet estropeado.

El amante seductor adinerado, buena persona y que folla como nadie, persiguiendo a su bella princesita mona y violable, inocentona y estúpida (pero ese es uno de sus encantos) que atrae a todos pero sólo le ama a él, a él por siempre jamás y hasta que el mundo se acabe, amén.

(El sexo de los protagonistas de mi breve historia puede cambiarse al gusto, yo nunca he sido una persona de prejuicios).

¿Es eso amor?

Venga ya.

Reconoce... reconoce que...

(Pero luego me dicen que veo las cosas desde la perspectiva equivocada, el lado cruel. ¿Y qué si es así? También acepto la felicidad cuando me toca, pero no puedo ignorar la tristeza, y creo que eso es la vida, cambio, mezcla.)

¿Quién disfrutaría de la salud sin conocer antes la enfermedad?

¿No es cierto que están más vivos aquellos que llegaron a rozar la muerte?

¿Y que aquellos que han sido rechazados o dañados, sanarán también, y entonces serán mil veces más dichosos que los que siempre han vivido una vida cómoda lejos del peligro?

No es locura, es sinceridad. Y la sinceridad duele, ¿verdad?

Pero nunca te importé, y ahora lo veo. Nunca te importé una mierda, mis historias no hacían sino reforzar tu mundo pequeño, ordenado (y terriblemente agobiante). Siempre has preferido quedarte en casa, calentita, mirando por la ventana como yo juego con la nieve en la noche más fría del año.

Sí, he sido tu entretenimiento, y nunca me has entendido ni has sabido verme.

Claro que yo, en mi ingenuidad, confié en ti, como sé que volveré a confiar en otras personas. Aunque he crecido un poco más, y soy... digamos más audaz, me niego a perder la confianza en el género humano.

Hay gente maravillosa esperando a por mí fuera, ¿sabes? Y yo les espero a ellos con los brazos abiertos.

Por favor, olvídate de mí, no vuelvas a contactarme. No servirá de nada. Ya te he visto. Se acabó eso de jugar al escondite.











And... Why don't you try it with a real woman? I think that it would be a great experience for you, maybe... hehehe, I'm not jocking, I'm sure, you have to get over all this.
Good luck! =)



P.D. ¿Cuál es vuestra idea de romanticismo? Sorprendámonos...
 


3 comentarios:

Annell dijo...

¿Sabes? Un personaje de un libro se acercó bastante a mi ideal de romanticismo con este mini discurso:

"Nunca te he sido fiel. Mi idea del amor no tiene nada que ver con el compromiso, con las ataduras, con la fidelidad. Nunca te he sido fiel, ni lo seré en el futuro. Pero te soy leal. ¿Entiendes la diferencia? Lucharé por ti, a tu lado, por defender tu vida. Mataré y moriré por ti, si es necesario. ¿Me explico?"

No tan bestia en plan "Te pondré los cuernos y te jodes, pero te quiero :3", pero sí, algo así respecto a las ataduras xD

Kissus!

Mew dijo...

Amén a lo que ha dicho Annell, el discurso de Kirtash también me sirvió a mí en mis tiempos de tierna adolescente para empezar a sentar las bases de mi pensamiento respecto a ese tema.

No creo en la fidelidad. En primer lugar porque si no eres capaz de garantizarle a una persona que vas a serle fiel con el pensamiento, que es lo más íntimo, la escencia de cada ser humano, sería una hipocresía pretender hacerte pasar por una persona fiel solo por el hecho de no hacer lo que comunmente conocemos por "poner los cuernos". Y en segundo lugar, porque si tú no eres una persona perfecta (desengañémonos, las personas perfectas no existen) ¿cómo puedes pretender ser capaz de atender todas y cada una de las necesidades de tu pareja? Jamás serás capaz de llenar un corazón humano... ¿cómo entonces, si amas a esa persona, serías capaz de ver esos huecos vacíos en su corazón y permanecer inmutable ante ellos?

Por esos dos motivos, no creo en la fidelidad ni la exijo en ninguna de mis relaciones sentimentales. Si puedes amar a tu familia y amigos, tienes todas las papeletas para enamorarte de una, dos, tres o veinte personas al mismo tiempo o en periodos separados; porque cada cual completa una parte de tu ser.
Pero bueno, creo que podría explayarme hasta el infinito hablando de mi peculiar visión de la realidad con respecto a este tema, así que yo creo que con esto, de momento, ya he dicho suficiente.

Y a todo esto, seguro que te preguntarás quién demonios soy. Bueno, he de decir que has despertado mi curiosidad comentando en el blog de Annell y mencionando a Kirtash, así que he venido a echar un vistazo por aquí y me han dado ganas de postear un comentario. Espero que, al menos, el tiempo que hayas invertido en leerme no haya sido tiempo perdido ^^

Nos vemos!

Anónimo dijo...

Mmm, me gusta esta entrada, conozco a parejas antirománticas (en el sentido tradicional y archiconocido del empalagamiento, etc. que has nombrado) y me parecen parejas mucho más auténticas que las otras, más insulsas, más "estilo Disney" xD
El discurso de Kirtash, bueno, casi todos los discursos de Kirtash, son todos muy buenos...inspiradores, diría yo.
Me gusta tu blog, algo cínico (en el buen sentido), muy realista :)