martes, 7 de agosto de 2012




Hoy, mientras iba a comprar carne al mercado (sí, he vuelto de tierras lejanas, pero ya hablaré en otro momento de ello, al menos en cuanto termine de hacer y deshacer maletas) he escuchado una conversación entre dos hombres.

Uno de ellos, el más mayor, le estaba contando al otro que se ha decidido poner candado a los contenedores de los grandes supermercados como Ahorramás y el Lidl. Resulta que últimamente y de una manera desmedida, se reune mucha gente allí al atardecer para hacerse con todos esos alimentos caducados que esta clase de compañías se ven obligadas a deshechar cada día y que aún son comestibles. No me ha quedado muy claro si la razón de esto es evitar las batallas campales que por lo visto se han llegado a organizar en estos sitios o el que alguna gente se envenene por comer alimentos en mal estado. En cualquier caso, las llaves de esos candados solo serán accesibles para los empleados de los supermercados y los basureros.

La imagen que todo esto ha despertado en mi mente ha sido bastante turbadora...

1 comentario:

Annell dijo...

Te sorprenderías si supieras la cantidad de personas a las que conozco que les han robado la bolsa de la compra y les han dejado la cartera.

Welcome back, hunnie :3!