Como bien me ha dicho una amiga, no pienses en lo duro del trabajo, piensa en la recompensa que hay después. Lo importante es tener las cosas claras, concienciarse y no desfallecer, aun cuando quede por delante un no siempre agradecido camino. (O varios de ellos, en mi caso...)
Respiro hondo, pues. Las dos somos luchadoras, y nos vamos a ir allá
cueste lo que cueste (literalmente).
En fin, sweetie, estoy de acuerdo contigo,
si Dios fuera irlandés sería de Limerick...
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