domingo, 20 de marzo de 2011





NUBES


-¿Sólo cinco días? -reniego, ya en el avión- Este es un viaje muy largo para sólo cinco días.

Pero mi supervisora alza las cejas. Es un aviso, una advertencia. Mi viaje no son unas vacaciones programadas en alguna agobiante oficina de viajes, llena a reventar de pósters folclóricos y precios de última hora impresos en cartulina amarillo fosforito. Ni mi destino la foto de una playa de arenas blancas como el azúcar y agua cristalina azul eléctrico...

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La ciudad es tranquila. No entiendo por qué tanto que hablar. Es una población como otra cualquiera: aceras más o menos limpias, hileras de árboles, casas a los lados... Hasta que la descubro. Es una nube, inmensa, peligrosa, que cuelga del horizonte ociosa, sin negarse a partir. En un primer momento esa nube maldita me impresiona, y quiero sacar una foto de los extraños cielos de la ciudad marcados por siempre por ese estigma blanco.

-Nunca se mueve, ¿sabe? -me dice un autóctono- desde la explosión ha permanecido ahí, ensombreciendo nuestras vidas. Le gustan estas tierras, se niega a marcharse. ¿Sabe usted por qué...?

Sacudo la cabeza. Puede que yo sea un enviado especial. Puede que haya estudiado durante años los misterios de este planeta, que sea licenciado de tal y diplomado en  esa otra cosa. Pero nubes. ¿Qué voy a saber yo de esos rebaños celestes?

1 comentario:

Annell dijo...

Me ha encantado. En serio, no sé por qué, pero creo que es mi favorito de todo lo que has escrito o.o...

No sé por qué últimamente mi ordenador me está poniendo siempre pegas para dejarte comentarios ¬¬ a ver si este me lo publica a la primera, o al menos a la quinta... A ver e_e...