lunes, 28 de marzo de 2011




No hay nada más doloroso que las palabras de un ser querido se derramen hacia una con alas de cortante acero, creando, en el brillo metálico de sus filos, un espejo monstruoso en el que nos vemos reflejados como basura, inmundicia humana, apestoso egoísmo.

3 comentarios:

Kaine Akeru dijo...

Umm.. tienes razón, en el momento duele. Pero en todos los casos ayudan a mejorar.

Me recuerda a esa famosa frase: quien bien te quiere, te hará llorar... pues eso mismo.

Pero, ¡ÁNIMO! no hay mal que por bien no venga : D

Anónimo dijo...

No hay nada mejor que aprender desde la infancia a curar las heridas con alcohol, y no con agua oxigenada. Esa generación sabe aguantar mejor el dolor, si es que se trata de aguantarlo y superarlo, y dejarse de otras filosofias. Ya lo dice el dicho y las abuelas, el que algo quiere, algo le cuesta.ever kiss.
y otra cosa, por cierto, los burros y asnos pasan de todos los males con su filosofía partriicular.¿?

Mew dijo...

No había leído, hasta ahora, una metáfora que reflejase tan jodidamente bien ese preciso instante en el tiempo.