sábado, 26 de enero de 2013



Los días que no escribo no es por falta de temas. Simplemente es que mi cabeza está nublada con otros pensamientos, tan intensos y poderosos que enturbian hasta mi deseo natural de querer pasar un buen rato haciendo lo que más me gusta: escribir.

Podría, no obstante, escribir lo que me pasa por la cabeza en esos momentos. Pero no son la clase de cosas que me gustaría publicar aquí.

Aunque lo voy a decir. Estoy echa un lío con todo. No entiendo a las personas. No sé qué propósito tiene la amistad. No sé si existe. No sé lo que es el amor. ¿Estoy enamorada? ¿Qué hacer con este deseo tan intenso? No conozco ya el camino. No me gusta vagar, I wonder lonenly as a cloud, eso decía Wordsworth, pero yo soy poet laureate ni he querido serlo. Quisiera ver un camino ante mí, duro, quizá, lleno de espino y piedras afiladas, pero al meno un sendero. No esta nada indescriptible.

¿Quién soy yo? ¿Es cierto que somos más fuertes de lo que pensamos?

Es enero. Hace poco estaba nevando. Pero hoy, cuando regresaba de la noche, he visto un cerezo en flor. No es una cursilada, si no una cosa sorprendente. Aún dudo si el árbol era de verdad (aunque, ¿qué haría un árbol digamos de plástico en medio de un bosquecillo de árboles reales?)

Estamos en enero y quiero la primavera.

Quizá es un poco pronto para pedirla. Mi único consuelo es que todo llega...

1 comentario:

Taibele dijo...

Ánimo, ten paciencia,llegará en su momento...