lunes, 2 de mayo de 2011



He vuelto. Cuatro semanas más, y volveré a marcharme. Y esta vez, quién sabe cuándo retornaré. He vuelto sí, aunque no conseguí del todo mi propósito, al menos si traigo nuevas historias bajo el brazo. Y la seguridad de que ahora yo escribo. Cualquier error en el guión, cualquier reglón torcido, es responsabilidad mía. Ya se me ha dicho que debo asumirla.

Me iré. Sola y sin mucho. A recorrer un país que es el principio, mi principio. Sus verdes y húmedas praderas han permanecido en silencio durante siglos, los cementerios abandonados bajo el cielo encapotado y gris... ¿es a caso una locura pretender pensar que a mi si me hablarán? No me importa. Pues alcanzaré mi destino, y subiré esas escaleras, escaleras que suben en medio de ninguna parte. Y cuando llegue arriba, y pueda ver sus tierras lejanas y el inmenso océano rodeándome, a mí, a penas una gota descarriada, entonces...

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