domingo, 15 de mayo de 2011
Todo es difuso, pienso
que tal vez no haya sido capaz de resistir el impulso de la primavera y sea por ello
que mi arte se resienta.
No importan las negativas, los obstáculos, reinvento el juego a cada paso y pongo rostros a las sombras.
Y después de esta semana no hay nada, un vacío terrible que recuerda a la malvada
enemiga de Michael Ende, el confín de las tinieblas y de la vacuidad misma, aquello que ni siquiera
puede ser imaginado.
Y mis ojos se pierden en un laberinto creado y yo misma arrojé el ovillo al aire y permití
que se enredara
y ahora volver a organizarlo parece tan costoso
y encima sobreviene el calor mortal de un nuevo verano.
Grito un cambio, araño un nuevo movimiento pero la otra exige cadenas que me sujeten a la tierra.
Lo único real es que ella me hará beberme mi propia sangre
antes de que pueda utilizarla para escribir las últimas palabras.
Toda bendición tiene su reverso; mi padre me enseñó mundo desde que era joven para que aprendiera a amar
el hogar
pero consiguió el efecto inverso.
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1 comentario:
Sombras. Más sombras para mis noches.
Suerte maña... dentro de unas horas :)
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