jueves, 28 de octubre de 2010




"No acataré mientras viva el mandato de una mujer", dijo Creonte.

(Y así fue como desató las terribles y devastadoras desgracias que más tarde le acontecerían, a él y a su familia).


Antígona, de Sófocles.

1 comentario:

Niwa dijo...

Ains, por ahí se pierden muchos, ese orgullo de gran hombre que tan solo les reduce a nivel humano.
Si aprendiésemos a escuchar un poquito más, ya no a mujeres u hombres, si no a la gente que colocamos a nuestro lado, las cosas nos irían mucho mejor. Pero no aprendemos de nuestros errores así que tarde o temprano todos desataremos varias veces la furia de los dioses y llamaremos a la desgracia. Maravillas de la naturaleza humana.


Por cierto, el relato sigue gustándome mucho y mantengo todas mis expectativas respecto a él, pero en este momento no tengo tiempo ni neuronas suficientes (sindrome post-examentil, lo siento xd), como para escribirte algo más que un ridículo "me gusta, sigue así". Por eso ahorraré un par de letras esta vez y el próximo capítulo te diré algo más constructivo.